martes, 21 de julio de 2009


Baje de ese sauce , y fue como si hubiera bajado de repente del país de nunca jamás, donde mi cuerpo empezó a reproduirse en cuestión de minutos, a mi edad real.
Después de caminar un rato, hice un paso en falso, y me tropecé con una piedra que inmediata mente me hizo desplomarme en un barranco, el cual dije gracias a Dios que no fuera más profundo, así que solo me hice unos rasguños. Empecé a caminar y a caminar, y al horizonte vi unos edificios majestuosos, los cuáles no podía entender como se mantenían en pie con lo altos que eran. Y en un cartel que me llegaba por la cintura, pude leer New York, y me fui a investigar más sobre ese sitio que la gente de mi especie enmonaban New York. Calle por calle, solo veía gente con cámaras, y pensé porque necesitan fotografiar esto, si en ese sauce que viví durante vente años, no vino nadie y lo considero más bonito, por lo menos allí se olía a naturaleza. Se iba haciendo de noche, y me escondí por calles de esa inmensa ciudad, allí encontré un pequeño fuego con tres personas esperando que les calentara, y me ajunte a ellos y me explicaron sus historias de porque estaban allí, la mayoría me sorprendieron. El día siguiente al lavantarnos me dieron una bebida, y después de tomármela me puse a saltar y gritar. Vino un coche y me llevó donde estoy ahora en un psiquiatrico, y me quedan pocos días de vida, por esa bebida que me enseño que es malo confiar en la gente.

1 comentario:

  1. Me encantan estas historias llenas de subrealismo.
    Y me quedé con ganas de más.
    Un beso Núria
    Sigue creando

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