
Baje de ese sauce , y fue como si hubiera bajado de repente del país de nunca jamás, donde mi cuerpo empezó a reproduirse en cuestión de minutos, a mi edad real.
Después de caminar un rato, hice un paso en falso, y me tropecé con una piedra que inmediata mente me hizo desplomarme en un barranco, el cual dije gracias a Dios que no fuera más profundo, así que solo me hice unos rasguños. Empecé a caminar y a caminar, y al horizonte vi unos edificios majestuosos, los cuáles no podía entender como se mantenían en pie con lo altos que eran. Y en un cartel que me llegaba por la cintura, pude leer New York, y me fui a investigar más sobre ese sitio que la gente de mi especie enmonaban New York. Calle por calle, solo veía gente con cámaras, y pensé porque necesitan fotografiar esto, si en ese sauce que viví durante vente años, no vino nadie y lo considero más bonito, por lo menos allí se olía a naturaleza. Se iba haciendo de noche, y me escondí por calles de esa inmensa ciudad, allí encontré un pequeño fuego con tres personas esperando que les calentara, y me ajunte a ellos y me explicaron sus historias de porque estaban allí, la mayoría me sorprendieron. El día siguiente al lavantarnos me dieron una bebida, y después de tomármela me puse a saltar y gritar. Vino un coche y me llevó donde estoy ahora en un psiquiatrico, y me quedan pocos días de vida, por esa bebida que me enseño que es malo confiar en la gente.
Después de caminar un rato, hice un paso en falso, y me tropecé con una piedra que inmediata mente me hizo desplomarme en un barranco, el cual dije gracias a Dios que no fuera más profundo, así que solo me hice unos rasguños. Empecé a caminar y a caminar, y al horizonte vi unos edificios majestuosos, los cuáles no podía entender como se mantenían en pie con lo altos que eran. Y en un cartel que me llegaba por la cintura, pude leer New York, y me fui a investigar más sobre ese sitio que la gente de mi especie enmonaban New York. Calle por calle, solo veía gente con cámaras, y pensé porque necesitan fotografiar esto, si en ese sauce que viví durante vente años, no vino nadie y lo considero más bonito, por lo menos allí se olía a naturaleza. Se iba haciendo de noche, y me escondí por calles de esa inmensa ciudad, allí encontré un pequeño fuego con tres personas esperando que les calentara, y me ajunte a ellos y me explicaron sus historias de porque estaban allí, la mayoría me sorprendieron. El día siguiente al lavantarnos me dieron una bebida, y después de tomármela me puse a saltar y gritar. Vino un coche y me llevó donde estoy ahora en un psiquiatrico, y me quedan pocos días de vida, por esa bebida que me enseño que es malo confiar en la gente.
Me encantan estas historias llenas de subrealismo.
ResponderEliminarY me quedé con ganas de más.
Un beso Núria
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